Al referir en mis cursos acerca de la gran importancia que tiene la lubricación en la confiabilidad de nuestras máquinas, y de la pobre sensibilidad que tenemos acerca de la dependencia de éstas de una muy delgada película de aceite, utilizo una anécdota que me ocurrió hace poco más de cuatro años, mientras diagnosticaba el proceso de lubricación de una planta en México.
El proceso que utilizamos para este diagnóstico es sumamente simple y didáctico. Normalmente me acompañan en el recorrido por la planta y las áreas de lubricación y almacenes tres o cuatro integrantes de los departamento de mantenimiento y lubricación.
Durante ese recorrido, comentamos con el grupo las prácticas ideales que deberían ser aplicadas en cada equipo y explicamos las razones de ellas, así como los riesgos ocasionados por las prácticas actuales. En muchos casos sugerimos algunas acciones y modificaciones a la maquinaria que permiten que las prácticas adecuadas sean aplicadas en lo referente a la lubricación, las inspecciones, el control de contaminación y el análisis del lubricante.
En el transcurso del recorrido, por lo general, los integrantes del grupo de inspección comienzan a realizar sus propias sugerencias de mejora, y al final prácticamente nosotros simplemente confirmamos sus recomendaciones o sugerimos algunas alternativas. La nueva visión de la lubricación ya está sembrada, el razonamiento es propio y la implementación y transformación cultural son por convencimiento y no por imposición.
En el caso que nos ocupa, el gerente de mantenimiento nos acompañó en todo el recorrido y al final me dijo:
“Gerardo, me queda muy claro lo que significa esto de la excelencia en lubricación y el Limpio, Seco y Fresco; ¿podríamos tener una charla con mi grupo de operadores y mecánicos para que les explicaras un poco de qué se trata y facilitar los siguientes pasos?”.
Nos reunimos con un grupo de 20-25 personas en la sala de mantenimiento y comencé mi charla de manera muy distinta a lo normal (aún no sé por qué lo hice):
“Estamos aquí para encontrar al responsable de un problema muy serio en sus máquinas. Durante nuestra inspección encontramos que alguien está poniendo tierra y agua a la maquinaria. Necesitamos encontrar al responsable de este sabotaje”.
Silencio absoluto en el grupo.
Los operadores y mecánicos se volteaban a ver unos a otros. Alguien preguntó desde el fondo:
“¿Para qué quiere saber eso?” – “¡Para despedirlo, por supuesto! ¡Esta situación es muy grave y está costando mucho dinero a la empresa!”
Comencé entonces por preguntarles si sabían cuál era el espesor de la película lubricante en sus rodamientos, una bomba de paletas o un engrane. Expliqué el tamaño de las partículas que pueden ser vistas por el ser humano y su relación con la película lubricante. Poco a poco ellos comenzaron a reconocer el problema, su cara de asombro se convirtió paulatinamente en una de asentimiento y comprensión (y un poco de culpa). Habían aprendido que una película lubricante de tan sólo un par de micrones es suficiente para mantener su equipo funcionando, pero la tierra y el agua que ellos adicionaban en sus pobres prácticas de almacenamiento, manejo, aplicación y conservación la estaba destruyendo .
Volví a preguntar:
¿Quién le está poniendo tierra y agua a los lubricantes de su maquinaria? – ¡Todos! Fue la respuesta general.
La charla continuó hasta identificar en conjunto las prácticas que permitirían superar esa situación e incrementar la confiabilidad de sus equipos.
Tal vez muchos de quienes han escuchado la narración de esta historia duden de su veracidad. Sin embargo, esta semana tuve la fortuna de visitar la misma planta. Al entrar al taller, varios de los mecánicos se acercaron a saludarme con gran familiaridad. Joaquín, el responsable de lubricación, me dijo: “No se les olvida esa charla tuya. Fue un gran catalizador de nuestro proceso, aunque debo reconocer que fue algo poco común”.
Los cambios en la planta son impresionantes, el liderazgo y el tesón de este sensacional equipo han logrado una transformación radical de su proceso de lubricación.
En un próximo artículo presentaremos el proceso y detalles de este caso, que es toda una referencia en lo que respecta a la lubricación de excelencia. Varias plantas del grupo en otros países han venido a comparar sus procesos y a reproducir la estrategia debido a los estupendos logros en confiabilidad, reducción de costos y transformación cultural.
- Les invitamos a leer el caso de estudio con esta empresa aqui: http://noria.mx/lublearn/mexichem-abraza-la-excelencia-en-lubricacion/
Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.