Bienvenidos lectores de Reliable Plant a mi nueva columna, la cual he decidido llamar “The Exponent”. Estoy muy motivado por esta nueva aventura!. Los lectores de las otras publicaciones de Noria, pueden haber visto mi columna “Viewpoint” en la revista Machinery Lubrication, en la cual he enfocado temas de mantenimiento y confiabilidad relacionados con la implementación de un programa efectivo de lubricación de maquinaria. Esta columna está ahora en las excelentes manos de Mark Barnes.
Elegí llamar mi columna “The Exponent” por la siguiente razón estratégica. Veamos como el diccionario define el término “Exponent”…
- a. símbolo escrito en la parte superior derecha de una expresión matemática que indica que la operación debe elevarse a una potencia
- a. uno que expone o interpreta; b. un campeón, una práctica o que ejemplifique
Para un profesional administrador de la confiabilidad de planta, el término posee una interesante yuxtaposición de definiciones. Al mismo tiempo representa un campeón o un profesional al igual que la función matemática base de la distribución exponencial en la cual se basan la mayoría de los cálculos de confiabilidad. La distribución exponencial es usada para calcular la confiabilidad de sistemas o componentes elevando el logaritmo natural – matemáticamente representado por el término e = 2.718 – al exponente negativo de la tasa de falla, multiplicada por el tiempo.
La mayoría de los cálculos básicos de confiabilidad están basados en el logaritmo natural, o en algún derivado, incluyendo el análisis Weibull, la más poderosa herramienta en el arsenal del ingeniero de confiabilidad. Uno pudiera decir que “e” es a confiabilidad como “pi” es a geometría. Ambos son versátiles así como números irracionales.
La misión que he seleccionado para esta columna es la de discutir los elementos fundamentales de la administración de la confiabilidad de plantas y apoyar su practica en el campo, para el mayor beneficio de nuestros lectores, sus empleados y accionistas. Abordaré conceptos tanto cualitativos como cuantitativos. Algunos artículos mejoraran sus herramientas de trabajo, otros lo harán pensar, algunos celebrarán sus éxitos y otros servirán para ayudarnos a aprender de nuestras fallas con la esperanza de evitar su recurrencia.
Fig. Confiabilidad es un facilitador funcional que transforma la causa-raíz en resultados deseados. |
El primer tema al que me quiero referir es la cultura de la industria que hemos creado colectivamente por el que nuestras organizaciones han definido a la confiabilidad como un sinónimo de mantenimiento. Es muy común para la gerencia el responder las preguntas de confiabilidad citando a la persona que está a cargo de ella. “Sí, tenemos confiabilidad – José está a cargo de ella”. Esto es muy parecido a lo que ocurrió durante la revolución de la calidad. La industria reconoció que la calidad no era un departamento funcional, sino un objetivo que servía a la misión de la organización. Solo cuando la organización comenzó a crear la cultura de calidad, asignando responsabilidades a todo el mundo, rompió con el concepto del control de la calidad basado en inspecciones y pasó al de la gestión de calidad enfocada en la misión. La confiabilidad no es muy diferente. Si usted cree que su organización tiene confiabilidad porque un par de sujetos andan trabajando en eso, usted está cometiendo una gran equivocación.
Vamos a colocar esto en un diagrama de flujo y correrlo de una manera racional (ver figura). La confiabilidad es un facilitador funcional influenciado por varias causa-raíz las cuales, a su vez, afectan algunos síntomas que son los resultados deseados de la misión de la organización. La confiabilidad, junto con otros facilitadores funcionales, permite que la planta o fábrica alcance sus objetivos de disponibilidad, de producción, de calidad, de seguridad y de impacto ambiental y, en última instancia, los objetivos de la misión de la corporación. Sin embargo, este término nebuloso conocido como “Confiabilidad” es un subproducto de sus causa-raíz, o de las variables afectadas, las cuales incluyen diseño, procura, operación y mantenimiento. Asumir que cualquiera de las variables influenciables sola, puede producir un resultado de confiabilidad deseado, es absurdo – lo que a menudo llamo la lógica del pretzel, porque todo esta retorcido.
Tomemos como ejemplo diseño y procura. Así como la predisposición genética es el factor que mayoritariamente influye en las probabilidades de un ataque al corazón, derrame cerebral y otras enfermedades inducidas en el ser humano, el diseño mecánico y el eléctrico, que también pueden ser extendidos para incluir a procura, determina la línea base de confiabilidad para una máquina en particular. Un mal diseño es como un mal DNA en el ser humano. Mike Johnson, uno de los consultores técnicos senior de Noria, se refiere al mal diseño como DNA – Desing Not Adecuate! (Diseño No Adecuado). No importa como usted opere o mantenga esa máquina, si el DNA es malo, usted nunca alcanzará sus objetivos operacionales de confiabilidad, así como tampoco alcanzará los objetivos operacionales del negocio como son la disponibilidad, producción, calidad, seguridad e impacto ambiental. Si estos objetivos operacionales se pueden lograr, hay una pequeña oportunidad de alcanzar los objetivos de su misión que son incrementar el retorno sobre sus activos netos (RSAN), incrementar las ganancias por acción, incrementar los precios de las acciones, etc.
Ray Oliverson de la compañía de seguros Hartford Steam Boiler, atribuye el 40 por ciento de los problemas de las plantas al diseño, el 30 por ciento a operaciones y el 30 por ciento a mantenimiento. Creo que esos números tienen sentido y pienso que hay mucha interacción entre esos grupos funcionales. Por ejemplo, diseño impacta operatividad y mantenimiento. Operaciones y mantenimiento, en caso de que se comuniquen el uno con el otro, se afectan mutuamente. Si ellos se comunican eficazmente con diseño y procura, pueden evitar la recurrencia de los errores cometidos por los departamentos de diseño y de procura.
El punto es, confiabilidad no es una tarea funcional que puede ser asignada a un grupo o a una persona. Estamos todos juntos en esto. Esta puede ser nuestra mayor oportunidad de contribuir con la misión de la organización a través del trabajo en equipo.
Es hora de comenzar a cambiar nuestro enfoque en cuanto a la confiabilidad de la planta, empezando con un cambio de actitud. Espero con entusiasmo los futuros artículos de “The Exponent”. Estoy interesado en recibir sus comentarios e ideas.
Drew Troyer, CRE y CMRP, es co-fundador y vicepresidente de servicios operacionales globales de Noria Corporation. Desde que se separó de la Universidad del Estado de Oklahoma, donde trabajó como instructor, ha dedicado su carrera profesional a mejorar la confiabilidad de la maquinaria. Ha ocupado el puesto de gerente de productos de Entek/Rockwell Automation y como director de aplicaciones técnicas de Diagnetics Inc. Su extensa lista de clientes en Noria incluye a empresas como International Paper, Cargill, Goodyear, Texas Utilities, Reliant Energy y Southern Companies. Contacte a Drew en: [email protected] ó 918-749-1400. |
Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.