El aceite no es un vino fino

Dic. 24, 2023

Autor: Noria Latín América

Última actualización: 12/26/23

Recientemente, leí una interesante página en la Internet, dedicada a establecer que el aceite “puede durar para siempre.” En medio esas palabras se encuentra el mensaje comercial de que los aceites usados pueden ser reacondicionados y los aditivos reutilizados. Innegablemente existen muchos tipos de degradación del aceite. Algunos aceites pueden ser, en efecto reacondicionados a una condición “como nuevos”, mediante una eliminación de la contaminación, incluyendo agua, y productos ácidos. En ciertos casos, la reconstrucción de aditivos se requiere y es muy efectiva.

Pero a diferencia de un vino fino, el aceite no se mejora o permanece estable con el tiempo. En un servicio típico, el aceite se enfrenta a muchos de sus enemigos y en cada encuentro, algo se sacrifica. Agua, calor, partículas de desgaste, aire atrapado, presión y acción mecánica son las funciones que conducen a su degradación y eventualmente a una falla del lubricante.

En su domicilio original, en las profundidades de la tierra, el aceite (como petróleo) ha soportado el embate de millones de años. A pesar de su exposición al calor y la presión, un componente no está presente en ese ambiente, evitando su degradación. Este es, por supuesto, el oxígeno. Sin aire, los aceites lubricantes no requerirían muchos de los aditivos tan comunes en las formulaciones modernas. Antioxidantes, inhibidores de herrumbre, inhibidores de corrosión y aditivos básicos, todos ellos batallando contra las consecuencias de la oxidación, algunos proactivamente y otros reactivamente.

Desde la perspectiva de mantenimiento, ¿Qué puede hacerse para prolongar la vida en servicio de un aceite? Un enfoque práctico puede ser la remoción de las condiciones que envenenan el aceite y hacen que los aditivos se sacrifiquen. Otro enfoque mediante el cuestionamiento “¿por qué?, podría ser la lucha contra los precursores de la contaminación. Por ejemplo, ¿Por qué una aceite en servicio, que una vez estuvo limpio, se contamina?, ¿Por qué un aceite almacenado, que una vez estuvo limpio, se encuentra con tierra y humedad?, ¿Por qué un aceite nuevo, que fue una vez fue refinado, requiere filtrarse antes de su uso?

Generalmente no se requiere indagar mucho para conocer las respuestas a esas preguntas básicas. En realidad, hay muchos usuarios de aceite que conocen perfectamente esos precursores de la contaminación del aceite y el desgaste de la maquinaria. Ellos inspeccionan rutinariamente y demandan acciones para asegurar la pureza de sus aceites en cada punto de la cadena de abasto y uso del producto. Para estos usuarios, los productos lubricantes son entregados dentro de estándares de calidad predefinidos y verificados. Su almacenamiento y manejo deberá ser bajo un proceso de ingeniería bien documentado, para evitar el riesgo de contaminación. Las condiciones de los lubricantes en servicio también deben ser controladas proactivamente y monitoreadas regularmente.

Si bien es mucho pedir que los lubricantes duren “para siempre”, hay razón para esperar que estos se desempeñen mejor y duren más, mucho más.

Referencia: James C. Fitch, Noria Corporation. Traducción por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América

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