Almacenamiento de lubricantes

Abr. 5, 2024

Autor: Comunicación Noria

Última actualización: 04/05/24

Almacenamiento de lubricantes en interiores

Los tambores, baldes, bidones y bolsas deben almacenarse en un lugar limpio y seco. Las temperaturas de almacenamiento deben permanecer moderadas en todo momento. Los lubricantes almacenados deben ubicarse lejos de todo tipo de contaminación industrial, incluido el polvo y la humedad. Los tapones deben mantenerse apretados en todo momento y las cubiertas del tambor deben usarse siempre que los tambores se almacenen en posición vertical (tapones en las posiciones de las 3 y las 9 en punto). Idealmente, los lubricantes se almacenan en la posición horizontal en los estantes de almacenamiento adecuados, lo que permite que los contenedores se giren y se usen aplicando el método de primero en entrar, primero en salir (ver Figura 1).

Figura 1. Estantería para almacenamiento horizontal de tambores

Almacenamiento de lubricantes en interiores

Si bien se recomienda el almacenamiento en interiores de lubricantes, esto no siempre es posible debido a limitaciones de espacio, financieras o cuando se recibe lubrcante en alto volumen para tareas especiales de mantenimiento o parada de planta. Si los lubricantes deben almacenarse en el exterior, realice un seguimiento del consumo de lubricante con cuidado y reponga los inventarios “justo a tiempo” para minimizar la exposición a condiciones adversas. Si los lubricantes deben almacenarse afuera, protéjalos de la lluvia, polvo, nieve y otros elementos. Coloque los tambores de lado con los tapones en posición horizontal (3 y 9 en punto) debajo del nivel de lubricante. Esto reducirá en gran medida el riesgo de que los tapones se sequen e ingrese humedad causada por la respiración (ver Figura 2).

Figura 2. Almacenamiento temporal de lubricantes a la intemperie

El almacenamiento a la intemperie de tambores de aceite nuevo tiene un riesgo muy alto para que ingrese agua en el aceite si los tambores no son almacenados correctamente. Esto es especialmente cierto durante los meses de verano, cuando la temperatura en los tambores puede llegar por encima de los 65°C.

Cuando llueve, el agua queda atrapada en la tapa de los tambores y eventualmente cubriendo los tapones. A medida que el tambor se calienta (mediante la luz solar y la temperatura ambiente) y se enfría (cuando vuelve a llover o durante la noche), literalmente “respira”. Esto es, se presenta un intercambio entre el aire contenido en el espacio superior del tambor y el de la atmósfera y viceversa. Durante el proceso de “inhalación” el agua que está en la tapa de los tambores y que cubre los tapones es succionada a través de ellos e introducida en el aceite. Esto puede ocurrir hasta en tambores que nunca han sido abiertos.

Una vez que el agua se encuentra en el aceite, comienza a precipitarse hacia el fondo del tambor elevando el nivel de aceite. A medida en que este proceso continúa, más y más agua se acumula en el fondo del tambor, deformándolo y haciendo que el aceite salga a través de los tapones.

Figura 3. Cómo ingresa el agua a sus tambores por el almacenamiento a la intemperie

Este problema puede ser controlado con algunas acciones y recomendaciones de bajo costo. Cuando es inevitable almacenar tambores a la intemperie, estos deben ser colocados horizontalmente y cubiertos. Hay en el mercado una gran cantidad de paletas (tarimas de contención) que hacen posible este tipo de almacenamiento. Si lo anterior no se puede realizar, considere el uso de contenedores modulares, diseñados para el almacenamiento a la intemperie. Existen varios tipos disponibles y que pueden ser usados para proteger sus lubricantes.

Control de inventarios

Tenga en cuenta que, cuando los contenedores se almacenan a la intemperie, el método de PEPS/FIFO (Primeras Entradas-Primeras Salidas (First In-First Out) debe ser rigurosamente ejecutado. También, asegúrese de almacenar la menor cantidad posible. Esto disminuye el riesgo de contaminación y degradación de los productos.

Aunque a menudo se pasa por alto, la forma en que almacena sus tambores tiene un gran impacto en la vida del lubricante mucho antes de que este sea puesto en uso. Recuerde, cuando se trate de la máxima vida en servicio y la efectividad de un lubricante, usted siempre querrá mantenerlo limpio, seco y fresco.

Control de inventarios

Dos consecuencias comunes de la mala gestión del lubricante son la contaminación cruzada y la mala identificación del lubricante. Todos los tambores deben estar claramente etiquetados y estampados para garantizar la identificación adecuada del producto. Evite utilizar métodos de etiquetado que no sean legibles o que se desgasten con el tiempo. Tenga especial cuidado en el etiquetado de los contenedores que deben almacenarse en el exterior ya que la humedad, el calor y el polvo pueden dañar la etiqueta. Las etiquetas de identificación codificada por colores simplifican el proceso, reduciendo el riesgo de una aplicación incorrecta.
Si se emplea un sistema de codificación de color, asegúrese de que también haya información alfanumérica o numérica para quienes tienen dificultad para percibir los colores.

Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.

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