Un programa de análisis de aceite puede ser visto desde dos enfoques necesarios y complementarios: Uno Protectivo dirigido a localizar modos de falla que ponen en riesgo a la maquinaria para controlarlos y proteger la maquinaria de un desgaste anormal, y otro Predictivo que monitorea la condición de los parámetros de salud del lubricante, así como la tendencia de desgaste de la maquinaria.
En este artículo nos referiremos particularmente al enfoque Protectivo del análisis de lubricante, el cual debe provenir del Análisis de Modo de Falla y Efecto (AMFE). Como resultado del AMFE, se reconocen los modos de falla críticos que ponen en riesgo la maquinaria y se les asigna una acción de mantenimiento correspondiente (proactiva o preventiva) que ayude a controlar su ocurrencia o mitigar su efecto, a la vez que se determina la herramienta de monitoreo que pueda localizar la causa de falla o sus efectos lo más temprano posible.
Muchas de estas fallas críticas tienen periodos P-F (periodo entre el momento en que la falla puede ser detectada por una tecnología y el momento en que la falla funcional ocurre) suficientemente cortos para que los métodos tradicionales del análisis de lubricante puedan detectarlas con eficiencia (figura 1). Una muestra de aceite tomada con una frecuencia de tres meses podrá capturar fallas que tengan periodos P-F mayores cuando se presenten dentro de ese período de muestreo. La probabilidad de capturar fallas con periodos P-F digamos de una semana (antes de que el equipo falle) es muy baja. Para que nuestro programa de monitoreo tenga éxito, se requiere que el periodo de muestreo sea menor que el P-F. Sin embargo, para algunos modos de falla esto nos llevaría a tomar muestras de aceite y enviarlas a laboratorio con una frecuencia muy alta, haciendo esto impráctico. Aún cuando esto fuera efectuado de esa manera, no habría garantía de que los resultados llegaran antes de que ocurriera el problema.
Figura 1 – Curva P-F
Un programa de análisis de aceite moderno que utiliza una combinación de pruebas de campo (realizadas en-sitio con instrumentos portátiles, inspecciones y metodologías simples) seleccionadas en función del modo de falla y una frecuencia alta de acuerdo con el P-F resuelve este problema y permite prolongar la vida de la maquinaria.
Las tablas 1 y 2 muestran las pruebas de campo más comunes que pueden ser utilizadas con éxito en su programa:
Tabla 1 y 2. Pruebas de campo más comunes que pueden ser utilizadas con éxito en un programa de análisis de aceite
Las pruebas de campo no pretenden reemplazar las pruebas formales del análisis de aceite, pero pueden ser una herramienta poderosa para identificar (con cierto margen de error pero con gran rapidez) una condición anormal que puede ocasionar un daño a la maquinaria. Deben considerarse un complemento dentro de la estrategia global protectiva y de tendencia del programa de análisis de aceite.
Una vez que una prueba de campo da un resultado anormal, aplicando la estrategia de dos dimensiones (vea fig. 2) deberán desplegarse pruebas de excepción e inspecciones que nos ayuden a determinar la severidad del problema y a localizar la causa del mismo (si es que ésta no ha sido ya localizada) para corregirla. En algunas ocasiones, se podrán utilizar como complemento pruebas completas de laboratorio o por otras tecnologías que ayuden a complementar la información y aprovechar sus fortalezas para localizar causa de falla.
Fig. 2 – Estrategia de Dos Dimensiones para Análisis de Resultados
Estas pruebas funcionan mejor si son efectuadas por técnicos entrenados en cada prueba y conocen la maquinaria, su funcionamiento y modos de falla. Saque provecho de los sentidos de su personal al efectuar las inspecciones y establezca frecuencias adecuadas a la experiencia, y ajuste según se requiera. La diferencia entre un “lubricador” y un “técnico en lubricación” está en sus habilidades para detectar problemas y su capacidad para efectuar estas pruebas interpretando las señales y tomando decisiones.
Aplicando estas técnicas contribuimos a dignificar la profesión.
Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.