En el curso de mejorar nuestra gestión de la lubricación, descubrimos que con frecuencia se registraban fugas de aceite lubricante. Cuando esto se combina con un mayor consumo de lubricante, aumenta los costos e impacta en el medio ambiente. ¿Qué se puede hacer para mejorar nuestro procesos y reducir el consumo de aceite y los riesgos ambientales?
Las fugas de lubricante no son un fenómeno nuevo, pero hoy se toman más en serio que en el pasado. Parte de la razón del mayor enfoque en la reducción de fugas es el mayor costo de los lubricantes. Sin embargo, quizás el factor más importante para controlar las fugas es el daño potencial al medio ambiente. Si bien algunos lubricantes pueden biodegradarse rápidamente y tener un pequeño impacto en el ambiente, la gran mayoría tiende a degradarse lentamente, dañando la vegetación y las fuentes de agua.
Las fugas se pueden clasificar en dos grupos principales: internas y externas. La fuga interna ocurre cuando el lubricante se consume o se pierde en el proceso. Esto puede suceder en algunos equipos, como los compresores, donde el aceite puede perderse en el flujo de gas e introducirse al producto. Este tipo de fuga generalmente se identifica al verificar el nivel de aceite y encontar un nivel incorrecto. El equipo de ultrasonido a menudo se puede usar para detectar estas fugas durante el funcionamiento normal de la máquina.
La fuga externa es la más fácil de identificar. Cuando se inspecciona un componente de maquinaria, el área a su alrededor sirve como un signo revelador de cualquier fuga de lubricante. Puede haber un pequeño goteo de aceite proveniente de una válvula de drenado o un charco de aceite que rodea la máquina, lo que indicaría un problema mecánico o de nivel de líquido. Aunque determinar la fuente de una fuga externa puede ser difícil, los tintes fluorescentes pueden ser bastante útiles.
Un área clave para observar fugas es alrededor de los sellos del eje. El sello en uso debe seleccionarse en función del entorno operativo y el fluido con el que estará en contacto. Algunos aceites sintéticos tienen efectos devastadores en los elastómeros, que pueden provocar fugas. Por lo tanto, el aceite y el material de sellado deben seleccionarse en conjunto. Si no se pueden evitar las fugas, considere usar aceites biodegradables o ambientalmente seguros. Estos lubricantes se descomponen rápidamente en el medio ambiente con poco o ningún efecto en plantas y animales.
Para ayudar a reducir el consumo de aceite y las fugas, se deben abordar muchos problemas. Primero, cuando diseñe equipos o seleccione piezas de repuesto, asegúrese de que ajusten correctamente y que estén hechos del material correcto para resistir el entorno en el que estarán operando. Durante el proceso de instalación, las superficies deben mantenerse limpias y las piezas ensambladas utilizando los selladores y la aplicación de torque correcto. Operar el equipo y mantener las presiones dentro de los parámetros normales optimizará la longevidad de los componentes y reducirá las fugas internas y externas. Finalmente, implemente un programa de inspección robusto para capturar datos de campo con respecto a fugas y rellenos. Este tipo de programa puede ser una herramienta valiosa para indicar dónde deben centrarse sus esfuerzos.
La fuga no tiene que ser la norma. En muchos casos, se puede corregir y evitar fácilmente. Para aclarar el problema, cree un indicador clave de desempeño (KPI, por sus siglas en inglés) basado en el consumo de lubricante y el costo de la fuga. Si las órdenes de trabajo relacionadas con fugas se colocan en el cajón inferior de su escritorio, considere clasificarlas como preocupaciones de seguridad debido a resbalones, tropezones y caídas. Esto generalmente moverá las órdenes de trabajo a la parte superior de su escritorio, lo que permitirá acelerar el proceso. Solo si se concentra continuamente en el problema podrá resolverlo.
Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.