No lo eche a perder desde el tambor

May. 6, 2025

Autor: Noria Latín América

Última actualización: 05/06/25

Seamos realistas: cuando muchas personas escuchan las palabras «programa de lubricación», se imaginan una pistola de grasa llena de polvo en la trastienda del taller o un bidón de aceite acumulando suciedad en un rincón. Pero un programa de lubricación que funcione correctamente puede ser el motor de su planta, literalmente. Dentro de ese programa, la manipulación y aplicación correctas de los lubricantes es donde realmente comienza la magia, o el caos. Piense en ello como sería preparar una gran comida: puede tener los mejores ingredientes (en nuestro caso, nuestros lubricantes cuidadosamente seleccionados) con el potencial de preparar una comida de primera clase, pero si no los almacena con cuidado, los arroja descuidadamente o los mezcla incorrectamente, el resultado final puede convertirse rápidamente en un desastre desagradable. 

Entonces, analicemos qué significa realmente todo este asunto del manejo y la aplicación y por qué este es el héroe anónimo de sus esfuerzos por mejorar la confiabilidad. 

¿De qué estamos hablando realmente?

La manipulación de lubricantes se refiere a la forma en que se reciben, almacenan, transfieren y transportan dentro de una instalación. La aplicación, por otro lado, es el momento clave: se trata de cómo se introduce el lubricante en la máquina: qué lubricante, en qué cantidad, con qué frecuencia y por dónde. 

Juntos, forman la base de un programa de lubricación exitoso. Siguiendo con nuestra analogía anterior: la manipulación es la preparación, y la aplicación es la cocción. Si falla en cualquiera de los dos, está generando problemas de confiabilidad con un tiempo de inactividad adicional. 

Por qué es importante

Los lubricantes están diseñados para funcionar de una manera específica, en un entorno específico y en componentes específicos. Si se contaminan, se almacenan incorrectamente o se añaden en exceso (o en defecto), de repente podría ser que ya no esté controlando la fricción; tal vez está provocando una falla. 

El agua, la tierra y el aire son los mayores enemigos: causan oxidación, corrosión y desgaste incluso antes de que el aceite e introduzca al activo. El manejo inadecuado y la aplicación descuidada permiten que estos contaminantes entren en el aceite y pueden convertir lubricantes perfectamente buenos en bombas de tiempo. 

Las ventajas de hacerlo bien

El manejo adecuado y la aplicación cuidadosa de los lubricantes protegen sus activos, manteniendo los contaminantes fuera, las películas lubricantes intactas y previniendo la degradación prematura. Cuando el manejo y la aplicación del lubricante se realizan correctamente, todo funciona mejor. 

  • Las máquinas funcionan con mayor suavidad y durante más tiempo. 
  • El tiempo de paro no planificado cae en picada. 
  • Los equipos de mantenimiento pueden dejar de combatir incendios y comenzar a prevenirlos. 
  • El dinero se ahorra a raudales, no con cuentagotas. 

No se trata solo de prolongar la vida útil del aceite. Se trata de prolongar la vida útil de sus activos. Un manejo y una aplicación adecuados evitan que los rodamientos fallen prematuramente. Las bombas no se quedan pegadas. Los motores no se sobrecalientan. En resumen, le está dando a su equipo un trato VIP, y vale la pena. 

Los obstáculos para hacerlo bien

Claro, si fuera fácil, ya todos lo estarían haciendo. Lo cierto es que un buen manejo y aplicación requieren disciplina y planificación. 

Algunos de los sospechosos habituales que frenan a la gente son: 

  • Falta de capacitación: las personas no pueden seguir las mejores prácticas si nunca se les ha enseñado cuáles son. 
  • Almacenamiento inadecuado: los aceites almacenados al aire libre, en recipientes inadecuados o cerca de fuentes de contaminación ya están comprometidos. 
  • Presión del tiempo: cuando un equipo falla, existe la tentación de tomar atajos y “simplemente volver a ponerlo en funcionamiento”. 
  • Carencias en la maquinaria: ¿sin sistema de etiquetado, sin codificación por colores, sin contenedores de transferencia específicos? Está buscando contaminación cruzada. 

Solucionar estos problemas no es imposible: sólo requiere compromiso y un poco de esfuerzo al inicio. 

¿Qué aspecto tiene lo “bueno”?

¿Cómo es entonces realmente el manejo y la aplicación adecuados del lubricante en la práctica? 

Todo empieza por mantener los lubricantes limpios, frescos, secos y claramente etiquetados. Esto significa un cuarto de lubricación limpio, ordenado y organizado. Esto también significa un almacenamiento hermético y con clima controlado. Se trata de usar herramientas correctas, como carros de filtración y contenedores de transferencia específicos (no esa vieja lata de café) para mantener el aceite limpio, incluso durante la transferencia. 

Una vez dentro del activo, se aplican los lubricantes basándose en datos concretos, como las especificaciones del fabricante original o el análisis de aceite, no en intuiciones. Se aplican con herramientas calibradas mediante un proceso específico. Se documentan las cantidades y las frecuencias. 

Y cuando realmente lo hace, todo el equipo sabe qué lubricante va, dónde, con qué frecuencia y por qué es importante. Con el tiempo, se convierte en algo natural, como revisar el aceite del automóvil antes de un viaje. 

Construyendo un plan que funcione

¿Quiere empezar con los procedimientos adecuados de manejo y aplicación en su propia planta? La manera más fácil es empezar poco a poco, pero con inteligencia. 

Analice su proceso actual como un detective: ¿qué camino recorre el aceite desde que llega a su planta hasta que ingresa a la máquina? Identifique los puntos problemáticos: ¿Está sucia la zona de almacenamiento? ¿Es común que los contenedores estén abiertos? ¿Existe un sistema de etiquetado, o todo está etiquetado como «aceite misceláneo»? 

Una vez que conozca las lagunas, comience a elaborar su plan: 

  • ¿Dónde y cómo se deben almacenar los lubricantes? 
  • ¿Qué herramientas de transferencia utilizará? 
  • ¿Cómo se entrenará y se hará seguimiento de la aplicación? 

También es fundamental involucrar a su equipo desde el principio; son ellos quienes determinarán el éxito o el fracaso del plan en la vida real. Ofrézcales capacitación, no solo reglas. Muéstreles el «por qué», no solo el «qué». Finalmente, mida los resultados y asegúrese de celebrar sus logros, como un aceite más limpio, menos fallas y operaciones más fluidas. 

En resumen, manipular y aplicar lubricantes correctamente no es solo cuestión de cumplir requisitos. Marca la diferencia entre un tiempo de actividad deficiente (o, en el mejor de los casos, promedio) y una confiabilidad realmente excelente. Así como un gran chef respeta los ingredientes, un buen equipo de mantenimiento respeta el aceite. Y cuando lo haga, sus máquinas —y sus resultados— se lo agradecerán. 

Noria Corporation. Traducción por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América 

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