El primo rebelde del mantenimiento proactivo

Feb. 28, 2025

Autor: Noria Latín América

Última actualización: 02/28/25

Es difícil justificar el gasto de tiempo y dinero en cosas que todavía no están rotas cuando el personal de mantenimiento está atado de pies y manos para arreglar las cosas que sí se han roto. Cuando se producen averías… bueno, ya se sabe cómo funciona… no se hace mucho más hasta que todo vuelve a funcionar. 

Seamos realistas, el mantenimiento reactivo es sencillamente rebelde, desafiante, no se ajusta a un cronograma y contradice el presupuesto. El mantenimiento reactivo es destructivo y derrochador. Secuestra mano de obra valiosa y les roba capital operativo a las organizaciones con recursos limitados. Y lo peor de todo es que tiene un sentido obsceno del tiempo. 

Es realmente sorprendente la diferencia de comportamiento entre las organizaciones que se rigen por las fallas y las que adoptan apasionadamente actividades proactivas y planificadas. Cuando el mantenimiento reactivo invade una empresa, toma el control del cronograma. Eliminarlo puede ser difícil, pero aún es posible. Por lo general, implica adoptar una nueva filosofía. Considere lo siguiente: 

  • Los mecánicos van donde están las fallas, 
  • Los especialistas de PdM van donde estarán las fallas, 
  • Los especialistas en mantenimiento proactivo van a donde se pueden evitar las fallas. 

La estrategia de aceites limpios, secos y máquinas bien lubricadas es el lema del mantenimiento proactivo. Los resultados son actividades de mantenimiento planificadas y controladas. Las causas de las fallas se identifican con precisión y se monitorean sistemáticamente. Las fallas y averías se vuelven poco frecuentes y menos graves. Junto con un buen programa de mantenimiento predictivo, incluso estas fallas se pueden corregir dentro del programa de mantenimiento. 

Pero ¿cómo puede una organización recuperar el control de su semana laboral y empezar a evitar las fallas mediante un mantenimiento proactivo? En sentido figurado, tal vez la única herramienta necesaria para hacer la transición sea un calzador. Las emergencias son “calzadores de averías” que trabajan en nuestra contra. Hacen que nos dediquemos a ellas, le dan energía a la organización y, una vez más, se realiza la reparación crítica. Sin embargo, el costo del tiempo muerto y la pérdida de producción puede ser enorme. 

Seguramente habrá escuchado la expresión: “¿Por qué siempre hay tiempo suficiente para volver a hacer las cosas de nuevo, pero nunca hay tiempo suficiente para hacerlas bien la primera vez?”. Si la reformulamos en un contexto de mantenimiento, “¿Por qué siempre hay tiempo (y dinero) suficiente para reparar una máquina averiada, pero nunca tiempo (o dinero) suficiente para evitar que falle?” 

Si bien los “calzadores de averías” son destructivos, nos muestran lo que somos capaces de lograr. Vemos determinación y fuerza de voluntad en acción. Estas son lecciones importantes. Ahora sabemos que podemos hacerlo, pero ¿cómo logramos que ese calzador comience a funcionar y pongamos en marcha un mantenimiento proactivo? 

¡Declare una emergencia! Para ello se necesita el apoyo de la dirección y una proclamación de que se trata de un mandato empresarial. Se necesita la aceptación de todos los niveles y se requiere empuje y fuerza de voluntad. 

Comience por desarrollar un plan minucioso y solicite la opinión de todo el personal involucrado. Incluya un presupuesto y un cronograma. El cronograma debe tener una fecha límite real. Incorpore un sistema de recompensas para el éxito y quizás incluso sanciones para las fallas. Luego, hágalo realidad. No será fácil. Los horarios de trabajo deberán ser reducidos. Los participantes tendrán que acelerar el ritmo trabajando más duro y de manera más inteligente. 

Piense en lo siguiente: si todos lograran aumentar su productividad diaria en un 20 por ciento, esto equivaldría a 20 trabajadores adicionales para una organización de mantenimiento de 100 personas. Incluso si solo son 20, es como sumar cuatro trabajadores más a su personal. Probablemente, esa sea una cantidad de personal más que suficiente para hacer el trabajo. 

Jim Fitch, Noria Corporation. Traducción por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América 

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