Cómo evitar la contaminación por aceite mineral en el procesamiento de alimentos

Oct. 31, 2022

Autor: Noria Latín América

Última actualización: 07/03/23

Dr. Holger Streetz, Banthan AG. Traducción por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América

Los lubricantes son vitales para la vida útil de los componentes de una máquina industrial. Su tarea principal es reducir la cantidad de calor producido por la fricción y el daño causado por la abrasión. Sin embargo, los lubricantes innovadores pueden hacer mucho más.

La larga vida en servicio de la maquinaria es esencial para el crecimiento de la producción y, dado que el procesamiento de alimentos se ha transformado en una industria de gran volumen, los gerentes en las instalaciones necesitan maquinaria que funcione al nivel más eficiente. Por lo tanto, los lubricantes deben ser una parte esencial en la estrategia de la gerencia de la planta.

MOSH/MOAH

Desde un punto de vista químico, los aceites minerales son mezclas complejas, la mayoría de las cuales son aceite mineral de hidrocarburos saturados (MOSH, por sus siglas en inglés) y, sobre todo, aceite mineral de hidrocarburos aromáticos alquilados (MOAH, por sus siglas en inglés). Se sospecha que los MOAH son cancerígenos, por lo que su contenido en los alimentos debe minimizarse según el principio “tan bajo como sea razonablemente posible” (ALARA, por sus siglas en inglés).

Hay muchas fuentes directas e indirectas de MOSH/MOAH. Algunos aditivos alimentarios se aplican directamente sobre el producto como agentes desmoldantes, recubrimientos, brillos y antipolvo. Otras fuentes, como las envolturas y materiales de envasado, retienen los productos y también entran en contacto directo con el producto.

Los materiales de embalaje (papel reciclado, tintas de imprenta y sacos de yute) pueden estar contaminados con aceite mineral o, como en el caso de la tinta, formar parte del material. Los envases a menudo están hechos de cartón corrugado que contiene aceite mineral. En el proceso de producción se utilizan gases y lubricantes, por lo tanto, son riesgos de contaminación indirecta. El aire comprimido puede contener aceite del compresor, mientras que la maquinaria de cosecha y procesamiento también utiliza lubricantes.

Para excluir tantas fuentes como sea posible, los lubricantes en la industria alimentaria y de alimentación de animales deben ser grasas y aceites de grado alimentario con certificación H1. La base legal más común para minimizar las cantidades de lubricante es FDA 21 CFR 178.3570, según la cual se debe usar la menor cantidad de lubricante para lograr el efecto técnico deseado en la maquinaria.

Lubricantes en el procesamiento de alimentos

La mentalidad del cliente es de gran importancia cuando se considera un cambio a lubricantes de grado alimentario. Las experiencias de la década de 1980 todavía parecen ser muy vívidas, cuando el uso de lubricantes aptos para uso alimentario resultó en una disminución del desempeño y un aumento de los costos. Sin embargo, al cambiar a lubricantes aptos para uso alimentario de primera calidad, se puede encontrar lo contrario. Los lubricantes modernos de calidad alimentaria aumentan la eficacia general de la maquinaria y reducen el riesgo de contaminación del producto.

El valor agregado que un productor puede obtener mediante el uso de lubricantes de grado alimentario de alto desempeño debe ser un enfoque prioritario. Los lubricantes que cumplen con H1 ya han ganado una mayor aceptación. Sin embargo, todavía no se adoptan universalmente en todos los segmentos de la industria, regiones u operaciones críticas para la seguridad. Existen conceptos erróneos sobre la competitividad de los costos y las ventajas potenciales sobre los lubricantes convencionales, lo que puede explicarse en parte por la necesidad de elevar el nivel de innovación y la experiencia requerida para cumplir con los desafíos específicos del cliente o de la aplicación.

Las relaciones con la industria no son tan estrechas como con las industrias no alimentarias. Sin embargo, existe una presión cada vez mayor por el uso de lubricantes de calidad alimentaria por parte de los consumidores, los medios de comunicación y las agencias reguladoras. Por último, existe la necesidad de establecer nuevos puntos de referencia del desempeño de los lubricantes.

Además de los requisitos reglamentarios, las certificaciones religiosas, especialmente Kosher y Halal, cobran importancia. Los organismos de certificación han aprendido que la contaminación es posible, lo que significa que cualquier ingrediente, deseado o no, debe cumplir con requisitos de las religiones. Por ello, cada vez son más los productores de alimentos que exigen que sus lubricantes estén certificados.

Principio ALARA

El principio ALARA tiene sus raíces en la reducción del riesgo de radiación. Los elementos centrales son la reducción de la fuente, la eliminación de la causa del riesgo. Con el equipo de procesamiento, a menudo no es posible omitir un paso del proceso, pero es posible encontrar un lubricante adecuado que tenga la certificación H1 de grado alimentario o al menos apto para alimentos. Otros elementos son el control y la contención, lo que se traduce en un buen mantenimiento.

Con equipos bien mantenidos, el riesgo de contaminación no percibida es limitado. Minimizar el tiempo de exposición suele ser difícil. Puede funcionar con la radiación, pero no es factible para muchas operaciones y procesos en la producción de piensos y alimentos. Es difícil implementar la maximización de la distancia debido a las limitaciones del área y es posible que solo sea factible cuando se construyen nuevas instalaciones. Es posible implementar un blindaje adecuado en muchas máquinas, lo que debe procurarse que sea instalado cuanto antes. Por último, pero no menos importante, un proceso de optimización continua mantiene los ojos abiertos a posibles mejoras de desempeño y mitigación de riesgos.

Innovaciones en lubricantes

Los lubricantes de grado alimentario han mejorado dramáticamente desde la década de 1980. Los nuevos aceites base sintéticos y aditivos innovadores ayudaron a mejorar el desempeño a la vez que redujeron las deficiencias de desempeño en comparación con los lubricantes regulares. 

Los lubricantes con aditivos sólidos se destacan en términos de desempeño, pero los más conocidos, como el grafito y el teflón, no son aplicables a los lubricantes aptos para uso alimentario. Sin embargo, los componentes cerámicos son muy adecuados para aplicaciones alimentarias. Las partículas de cerámica en ciertas grasas de grado alimentario son químicamente inertes y cuentan con la certificación H1. En combinación con volúmenes minimizados, la reducción del riesgo es inigualable.

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