La nariz sabe – Uso del olor como prueba de campo del análisis de lubricante

Jul. 1, 2024

Autor: Comunicación Noria

Última actualización: 11/01/24

¿Alguna vez ha tomado una muestra de aceite de su máquina y se ha echado para atrás debido a que de la botella sale un olor nauseabundo, parecido al de un animal muerto? ¿Qué hizo? ¿Siguió con sus actividades como si nada hubiera pasado y no volvió a pensar en ello? ¿O reconoció el olor de una contaminación con bacterias y extrajo otra muestra para efectuar pruebas adicionales?

El olor, como el color, la claridad, la presencia de espuma y otras características del aceite, pueden evaluarse empleando los sentidos, para identificar eficazmente síntomas de la degradación o contaminación de los lubricantes. Tan simple como parece, olfatear sus lubricantes debe ser una parte regular de su proceso de inspección rutinaria de las máquinas. Se debe tener mucha precaución al oler una muestra de aceite. No coloque el frasco directamente debajo de la nariz – recuerde que puede haber sustancias químicas tóxicas en la muestra. Más bien, mueva la mano por encima de la boca de la botella para hacer que suba el olor hacia su cara. A veces es útil calentar un poco el aceite, lo que aumenta la probabilidad de detectar ciertos contaminantes y subproductos de la degradación.

Los científicos están avanzando en el desarrollo de la “nariz artificial» para crear sensores que pueden detectar miles de olores en diferentes ambientes, como en aplicaciones médicas, de alimentos e industriales. Algunas narices artificiales son chips sensores, de pequeñas dimensiones, que convierten los olores en imágenes en una pantalla de computadora. Estos chips utilizan fibra óptica para crear una «imagen», basada en una forma asignada a los vapores de gases y olores. En la pantalla de la computadora, la retroalimentación de estos sensores se presenta como un conjunto de círculos, cada uno representa la fluorescencia de los olores individuales. Se ha reportado que estos sensores pueden detectar actualmente docenas de olores individuales.

Ya está disponible una tecnología relacionada con el análisis de lubricantes, llamada “Fuel Sniffer (olfateador de combustible)” fabricada por Spectro Incorporated, que se utiliza para detectar la dilución por combustible en los aceites de motor. Esta técnica, originalmente desarrollada por la Marina de los Estados Unidos, emplea un micro-sensor de vapor de onda acústica superficial (SAW).

Cuando hay combustible presente en la muestra, se emiten vapores de hidrocarburo en mayor concentración. El olfateador de combustible emplea un sensor de materiales que absorbe los vapores. La presencia de estas moléculas en el sensor cambia la frecuencia SAW, que es medible y comparable con una curva de calibración para determinar el porcentaje de combustible en el lubricante.

Los comparadores de olor pueden ayudar a mejorar la eficacia de la nariz humana. Estas son muestras especiales que se sabe contienen ciertos contaminantes o productos de degradación del aceite. Cada botella está marcada para identificar su material de referencia y se almacena para consultarla posteriormente. Cuando se sospecha que un aceite usado contiene cierto problema, se compara su olor contra el estándar de referencia para ver si hay alguna coincidencia.

Quizás en el futuro entrenaremos a los perros para olfatear lubricantes contaminados o degradados, ya que tienen por lo menos 20 veces más células receptoras de olor que los seres humanos. ¡Tal vez podamos enseñarles a ladrar una vez por bacterias, dos veces para la oxidación y dos ladridos largos seguidos de uno corto para indicar agotamiento de aditivos!

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Noria Corporation. Traducido por Roberto Trujillo Corona, Noria Latín América.

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